Estilos de vida, obesidad y salud en jóvenes universitarios de la comunidad
- Dolores Corella Piquer Director/a
- Olga Portolés Reparaz Codirector/a
- Marisa Guillen Dominguez Codirector/a
Universidad de defensa: Universitat de València
Fecha de defensa: 03 de febrero de 2012
- José Ignacio González Arráez Presidente/a
- Rosa María Cibrián Ortiz de Anda Secretario/a
- Oscar Coltell Simón Vocal
- Margarita Romero Martín Vocal
- Joan Josep Paredes Carbonell Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
Estilos de vida, obesidad y salud en jóvenes universitarios de la Comunidad Valenciana. Las universidades evolucionan y cambian como las sociedades en las que se hallan insertas. Además de satisfacer y cubrir el reto de formar profesionales y ciudadanos cultos capaces de configurar sociedades solidarias y de progreso, las universidades tienen un nuevo reto que afrontar: ser un contexto de vida que propicie comportamientos saludables y que redunde en la calidad de vida, no sólo del colectivo de los que viven y trabajan en la universidad sino de toda la sociedad en general. La carta de Ottawa para la Promoción de la Salud en 1986 y la carta de Bangkok para la Promoción de la Salud en un mundo globalizado en 2005 constituyen los documentos básicos para comprender la evolución e importancia de este proyecto. Las metas del Milenio (OMS 2000) y la iniciativa de la Sociedad Civil (OMS 2001) son documentos importantes para determinar el rol y las responsabilidades que las Universidades e Instituciones de Educación Superior tiene que cumplir en este momento (Gewerc et al, 2007). Las universidades pueden ser promotoras de la salud si se lo proponen; tienen el potencial para influir positivamente en la vida y condición de salud de sus miembros, protegiéndolos y promoviendo su bienestar y pueden liderar y apoyar procesos de cambio en la comunidad externa, a través de sus políticas y prácticas. Se han llevado a cabo algunos estudios para conocer el estado de salud y los comportamientos de salud de colectivos de estudiantes universitarios impulsados por la OMS tratando de unificar instrumentos de recogida de información y aspectos que aunaran no solo la intervención médica sino aspectos socio-ecológicos producto de una intervención compleja de factores comportamentales, genéticos, ambientales, económicos políticos y sociales por diversos grupos europeos (WHO, 2008). La socialización es el ¿proceso por el que determinada sociedad transmite a los componentes a través de diferentes agentes los valores, normas y pautas de comportamiento que las rigen. Permitiendo al individuo adaptarse al funcionamiento social y asegurando a la vez, la pervivencia de la sociedad¿. Se da en todos los ámbitos de nuestra interacción humana (pareja, amigos, instituciones de las que formamos parte,¿) evidentemente los años que estemos en la universidad va a hacer que seamos diferentes a cuando entramos por primera vez, incluso puede haber cambios físicos, madurez,¿esa socialización se da en todos los ámbitos, además de que nos dice como comportarnos a determinada edad y esto marca nuestros deseos y necesidades. El proceso de socialización y aprendizaje que comienza en la familia resulta ser determinante en la adquisición de ciertas capacidades para tomar decisiones en cuanto a enfrentarse a problemas y resolverlos (Boyce et al, 2006). Con la juventud, la importante influencia que ejercieron los padres en los primeros años de la vida, queda atrás; los amigos y el ambiente social ocupan en adelante el primer plano (Castellano, 2005). Aunque el interés por el estudio de los estilos de vida saludables ha tenido su punto más álgido en la década de los 80, éste ha sido un tema de estudio abordado desde hace ya mucho tiempo por disciplinas como la sociología y el psicoanálisis, y desde hace ya relativamente menos por la antropología, la medicina y la psicología. El estilo de vida, por tanto es una consecuencia de los estímulos que nos rodean de forma continuada. Predisponen a una calidad de vida considerada en términos de la capacidad funcional del individuo, sus percepciones y síntomas; es decir, cómo la percepción del sujeto sobre su habilidad para funcionar adecuadamente en las actividades cotidianas (bienestar físico y psicológico, actividad social y ocio) deriva en una satisfacción general (Varela, Cáceres, Correa y Holguín, 2005). El nivel de salud de la población guarda una relación directa con el estilo de vida ó modos de vida ligados a distintos factores: higiene bucodental, deporte, ocio y tiempo libre, sueño, hábitos de alimentación, consumo de tabaco, consumo de alcohol, consumo de drogas, consumo de fármacos nuestras relaciones familiares y amistades son factores determinantes del comportamiento social y del consumismo (Warren, 2008). Hipótesis de trabajo La presente investigación pretende conocer cómo se interrelacionan los estilos de vida para explicar la salud en la etapa de la vida universitaria, teniendo en cuenta la influencia de variables sociodemográficas. OBJETIVOS Desarrollar un instrumento eficaz para la medida de las variables socio-demográficas, antropométricas, del estilo de vida y del estado de salud de los estudiantes de la Universidad de Valencia y describir los comportamientos a través de los estilos de vida, la utilización de los Servicios Sanitarios y la morbilidad en problemas de salud que afecta a este colectivo. MATERIAL Y MÉTODO El ámbito de estudio lo constituye parte de la población juvenil en edad universitaria perteneciente a la Universidad de Valencia; y de ella los alumnos correspondientes a las licenciaturas de: Medicina, Farmacia, Odontología, Ciencia y Tecnología de los Alimentos y Diplomatura en Relaciones Laborales, Grado/Diplomatura en Nutrición y Dietética Humana. En todas ellas, imparte docencia, el Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública, Ciencias de la Alimentación, Toxicología y Medicina Legal a través del área de conocimiento de Medicina Preventiva y Salud Pública. El cálculo del tamaño muestral se ha realizado según la fórmula para universos finitos: Se utilizaron criterios de inclusión y exclusión. El instrumento de medida básica fue un cuestionario estructurado y su composición definitiva se basó en varias fases: cualitativa y estudio piloto. El cuestionario es anónimo y en todo momento se ha pretendido que sea contestado por el alumno de forma individual y sincera, aspecto éste que figura y se realza en la cabecera de la primera página del cuestionario. En este estudio, el instrumento de medida (cuestionario) quedó definitivamente compuesto por 67 preguntas al objeto de recoger información sobre diversos aspectos de la Salud de los Universitarios de Valencia. El cuestionario también aporta una información específica en alimentación de este grupo de edad que será contrastada con los resultados de otros estudios. Incluyendo también una escala de 14 puntos de adherencia a la dieta Mediterránea utilizada y validada en el estudio PREDIMED. En dicha escala se incluyen 14 preguntas sobre consumo de alimentos típicos de la dieta mediterránea. El cuestionario resultante en cuatro bloques de información: 1. Datos sociodemográficos 2. Estilos de vida 3. Utilización de los servicios sanitarios 4. Estado de Salud Los resultados de la presente investigación, permiten llegar a las siguientes conclusiones: 1. El cuestionario desarrollado se muestra como una herramienta útil, de bajo coste económico, aceptado con una muy buena respuesta de participación y de aplicación práctica en los estudiantes universitarios. 2. Entre las principales variables sociodemográficas que caracterizan la muestra de universitarios estudiada encontramos una media de edad de 21 años, un mayor porcentaje de mujeres, la gran mayoría son solteros y pertenece a la Comunidad Valenciana, residiendo el 65% en Valencia capital durante el curso académico, aunque la convivencia en familia la desarrollan sólo un 56%. El nivel educativo de los padres es superior al de la población general española ya que en un 30% las ocupaciones de los padres son científicos o intelectuales. La fuente principal de financiación de sus estudios es familiar, pues sólo el 23% comparte trabajo con sus estudios y un 22,4% ha cursado otra carrera. 3. El IMC medio de la muestra (21,8±2,8 kg/m2) se situó en la categoría de normo peso, siendo significativamente superior en los hombres que en las mujeres. La prevalencia de obesidad global fue baja, y también superior en hombres que en mujeres (5,2% vs 3,2%, respectivamente). Sin embargo, en hombres se observó un claro aumento de la prevalencia de obesidad en el grupo de mayor edad (24-33 años) en comparación con el otro grupo más joven (17-23 años), pasando de un 3,8% a un 9,3%. Al estudiar el sobrepeso (excluyendo obesidad), también encontramos una mayor prevalencia global del mismo (16%) en hombres que en mujeres (5,7%). En ambos sexos, el sobrepeso aumenta al aumentar el grupo de edad, cuadruplicando su prevalencia. A pesar de este aumento de prevalencia de sobrepeso con la edad, esta muestra de universitarios tiene una prevalencia de obesidad y sobrepeso inferior a la descrita para la población general, reflejando la influencia de un mayor nivel educativo en una menor obesidad sobre todo en mujeres. Sin embargo en el grupo de mujeres es importante la prevalencia de infra-peso (10,5%) que puede reflejar trastornos de la conducta alimentaria relacionados con la anorexia y que es necesario también considerar. 4. En relación a los estilos de vida, los hábitos de higiene personal son en general correctos, duermen con capacidad de descanso, se duchan y se cepillan los dientes con la regularidad aconsejada, aunque utilizan escasamente la seda dental. 5. Una gran parte de los universitarios dicen conocer y seguir una dieta mediterránea, rica en consumo de aceite de oliva como principal grasa. Sin embargo, la puntuación de adherencia a la dieta mediterránea en la escala de 14 puntos es mas baja que en población de edad avanzada e incluso en los mismos jóvenes universitarios la adherencia a la dieta mediterránea disminuye significativamente a menor edad. En general, los universitarios siguen una alimentación variada, consumen diariamente productos lácteos principalmente yogur y queso, escasamente hamburguesas y patatas fritas. El consumo de pan y alimentos procedentes de los cereales forman parte de su alimentación diaria. Aunque deben de moderar el consumo de café, azúcares, carnes grasas y bollería industrial e incrementar el consumo de frutas, hortalizas, legumbres, frutos secos y pescado. Los alimentos como las carnes rojas, la repostería comercial, las piezas de fruta (tres al día), el vino tinto y los frutos secos son las que más prefieren los hombres frente a las verduras, carnes blancas y el aceite de oliva que son más preferidas por las mujeres. El porcentaje de mujeres que realizan el desayuno es mayor que el de hombres. Además, hemos podido constatar que el hábito del desayuno diario se asocia con una menor prevalencia de obesidad/sobrepeso entre quienes lo practican. Por el contrario, no hemos observado una asociación significativa entre obesidad/sobrepeso y adherencia a la dieta mediterránea. El sobrepeso/obesidad preocupa a este colectivo, ya que un importante número de mujeres, el 33% reconoce realizar algún tipo de régimen o dieta para no aumentar de peso. 6. El nivel de actividad física de los alumnos es escaso ya que sólo uno de cada cuatro mantiene un perfil adecuado en este aspecto, destacando el entrenamiento físico en los hombres y prefiriendo las mujeres otras actividades más sedentarias. Hay que señalar que a lo largo de esta etapa se produce un abandono de la realización de actividades físicas en las mujeres. Por todo ello, tendríamos que considerar la variable género en las propuestas de mejora de la actividad física. Por otra parte, también hemos encontrado una relación inversa significativa entre horas de ejercicio físico y prevalencia de sobrepeso/obesidad. 7. Más de la mitad de los estudiantes se sienten estresados con sus estudios principalmente las mujeres y los exámenes son su principal causa de estrés. Se desplazan mayoritariamente a pie y en coche propio. Dedican entre, una y tres horas a estudiar diariamente y entre, una y dos horas a permanecer en el ordenador. El tiempo dedicado al ocio es superior en los hombres y el del aprendizaje es superior en las mujeres. 8. El 32% de los estudiantes son fumadores y entre los fumadores diarios destacan las mujeres, lo que confirma la fuerte incorporación de la mujer al consumo de tabaco y su tendencia al descenso en los hombres. El 27% comenzó a fumar antes de los 16 años y el 19% lo hicieron entre los 16 y los 18 años. Entre las situaciones que incrementan su consumo podemos citar las fiestas y los amigos. Se encuentran expuestos pasivamente al tabaco entre una y cuatro horas el 60% y en los intentos para dejar de fumar el método más utilizado ha sido la voluntad propia. 9. El alcohol es la droga más consumida seguida del tabaco. El 37% son consumidores habituales de bebidas alcohólicas prefiriendo los consumos en cerveza, licores y combinados de alta graduación, al tradicional vino ligado a la dieta mediterranea. Hay un consumo habitual superior en los hombres y ocasional superior en las mujeres. El adelanto en su edad de inicio destaca con un 62% entre los 14 y 16 años. El 80% se ha embriagado alguna vez y el 24% comenta haber experimentado más de diez episodios de embriaguez. 10. El 39% de los universitarios encuestados ha probado en alguna ocasión Cannabis pero sólo un 3% dice consumirlo con regularidad. La baja percepción y la mayor disponibilidad para poder conseguirlo, hace que el Cannabis se haya convertido en una droga de uso recreativo cuyo consumo es banalizado por los jóvenes y su uso continuado puede llevar al abuso o a la dependencia. 11. La prevalencia de automedicación ha sido del 69%, siendo más las mujeres que deciden automedicarse. Las conductas adoptadas por los universitarios refuerzan el patrón de una automedicación responsable, apoyada en el uso de fármacos prescritos en anteriores ocasiones, conociendo las razones de su uso y comprendiendo los prospectos. Es más frecuente su práctica por alumnos de estudios relacionados con las ciencias de la salud, destacando, Medicina, Farmacia y Odontología. Los medicamentos más utilizados son analgésicos y antigripales. 12. El mayor porcentaje de consulta de demandas de servicios es para diagnóstico y tratamiento, seguido de revisiones médicas. La demanda de consulta al dentista más importante identifica las revisiones, seguido de limpieza de boca y empastes. Un 33,5% de los alumnos no cumple con lo que sería un hábito saludable de ir al odontólogo al menos una vez al año. Solo uno de cada cuatro alumnos acudió al Servicio de Urgencias en una sola ocasión, los motivos fueron mayoritariamente infecciones y dolores. Consultan más este servicio los más jóvenes de 17 a 23 años y también los hijos de padres con estudios primarios y/o de bachiller. En el último año solo un 6% ha utilizado la atención hospitalaria, siendo la principal causa ingresos para intervenciones quirúrgicas y accidentes. La vía de acceso más frecuente es por ingreso hospitalario ordinario (programado). 13. Los problemas de salud más prevalentes en el último año, han sido los dolores de cabeza, dolores osteomusculares, estado de ánimo nervioso, gripes/catarros y dolor de estómago. Por género y sumando a los anteriores, insomnio y mareos son más frecuentes en la mujer. De forma incidente y recogida para las últimas dos semanas, redunda la morbilidad comentada en las mismas localizaciones. Su actitud hacia la enfermedad les hace tomar medicación y faltar a clase y/o al trabajo según su nivel de afectación, consultando solo en un 8,2% al médico. Su principal problema de salud se centra en enfermedades infecciosas, patología de aparato locomotor y problemas digestivos. La cronicidad de dolencias va reflejada en una diferencia de género afectando más al hombre en patología de aparato respiratorio y locomotor. En resumen, los universitarios manifiestan un buen estado de salud que se enfatiza por los más jóvenes. Por licenciaturas, los que se sienten mejor con su salud son los de Tecnología de los Alimentos y los que mayor grado de insatisfacción manifiestan son los alumnos de Farmacia. Los que practican una dieta mediterránea refieren tener muy buena salud. Finalmente, en el análisis de regresión logística multivariante, las variables de problemas con el alcohol y consumo de porros fueron las que más significativamente se asociaron a una peor percepción de la salud tras ajustar por sexo, edad y titulación. El sobrepeso/obesidad que en el análisis univariante se asociaba a un peor nivel de salud, quedó en el límite de la significación estadística.