Bruxismo infantilestudio de factores intrínsecos y ambientales en su etiología
- Montserrat Catalá Pizarro Director/a
- Juan Rojo Moreno Codirector/a
Universitat de defensa: Universitat de València
Fecha de defensa: 30 de d’octubre de 2020
- Martín Romero Maroto President/a
- María Carmen Llena Puy Secretari/ària
- David Ribas Pérez Vocal
Tipus: Tesi
Resum
El bruxismo se define como un comportamiento, que incluye movimientos involuntarios, de los músculos de la masticación además de un contacto dental no funcional, apretando y/o rechinando los dientes. Puede ocurrir durante el día y /o la noche, en este último caso, suele suceder en micro despertares en la primera y segunda fase del sueño no REM. El bruxismo afecta por igual a ambos sexos y tiende a disminuir con la edad. La prevalencia obtenida en los diferentes estudios publicados oscila entre el 3,5% al 88%, aunque la mayoría se sitúan en un intervalo de prevalencia comprendido entre el 3,5 y el 40,6% . Los síntomas más frecuentes relativos al bruxismo son: dolor en la articulación temporo-mandibular, dolor en los músculos masticatorios y cervicales, dolor de cabeza, ruido por el rechinamiento dental, hipersensibilidad dental, descanso deficiente y por tanto cansancio. En cuanto a los signos, que se asocian con mayor frecuencia figuran: el desgaste dental anómalo, la interdentación lingual y en la línea alba a lo largo del plano oclusal, recesiones gingivales, hipertrofia de los músculos maseteros, la limitación en la apertura bucal, la presencia de torus maxilares y fracturas dentales. El desgaste dental es clínicamente el primer signo que se aprecia, y la mayoría de autores lo utilizan como criterio diagnóstico. Respecto a las causas del bruxismo hay consenso en la literatura en afirmar que el bruxismo tiene etiología multifactorial. Entre las diferentes causas que se han investigado se encuentran, las causas genéticas relacionadas con un posible polimorfismo , la ansiedad, algunos rasgos de personalidad, y alteraciones endocrinas asociadas al estrés, entre otras. En la literatura, también se ha relacionado al bruxismo con factores oclusales, maloclusión, déficits nutricionales, problemas respiratorios (apneas, ronquidos), alergias, parásitos intestinales, hábitos orales, alteraciones de neurotransmisores como la dopamina e incluso condiciones y calidad del sueño. El diagnóstico de bruxismo es un tema controvertido. Actualmente, se considera que sólo la polisomnografía puede dar un diagnóstico definitivo. Sin embargo, esta técnica tiene un elevado coste lo que dificulta su aplicación en estudios con muestras grandes y su utilización es compleja. En general, la mayoría de autores utilizan como método diagnóstico del bruxismo auto-cuestionarios o cuando se trata de niños, cuestionarios realizados por los padres o tutores basados en los criterios de la Asociación Americana de Medicina del Sueño. Hasta el momento, no existe solución terapéutica alguna que elimine de forma efectiva y permanente el bruxismo. El enfoque actual de tratamiento es paliativo. Existen diferentes tipos de tratamientos como: el empleo de fármacos (toxina botulínica tipo A, anticonvulsivos, beta-bloqueantes, dopamina, fármacos dopaminérgicos, antidepresivos y clonidina), aparatos ortopédicos, la terapia física y psicológica. El bruxismo infantil a menudo se manifiesta con rechinamiento nocturno, generando gran preocupación y desasosiego en los padres que acuden en demanda de tratamiento. En la actualidad está considerado como uno de los temas más faltos de respuestas, en concreto en el área de Odontopediatría, razón por la cual existe un interés especial entre los investigadores por aportar información que ayude a entender la fisiopatología de esta condición.